El creador de contenido Elias Herrera, de 36 años, vive en la zona rural de Treasure Valley, Idaho, Estados Unidos, con su esposa y sus cuatro hijos, y a menudo comparte videos de humor junto a su mascota, un simpático buey y curioso llamado Bruce.
Elías suele entretener a sus más de 1,9 millones de seguidores en TikTok, y 1,6 millones en Instagram, con divertidos vídeos, en los que intenta preparar algunos platos, como tortitas, sándwiches y postres, recibiendo siempre la «ayuda» de Bruce.
En una entrevista con la revista People, Elias dijo que no esperaba conquistar a tanta gente con sus videos. «Fue una locura», dijo. «No esperaba que creciera tan rápido».
Continuó diciendo que la reacción de la audiencia lo anima a producir más: «Mucha gente se acerca a mí y me dice: ‘Oye, cambiaste mi día con solo ver a Bruce hoy. Estaba teniendo un día terrible y ahora estoy sonriendo o riendo». Y eso, para mí, hace que todo valga la pena, solo saber que alguien está sonriendo y teniendo un buen día».
Uno de los primeros videos en viralizarse mostraba la interacción entre Herrera y Bruce, junto a otros animales de la granja, hasta que, en un día frío, decidió llevarlo adentro. «Pensé: ‘No voy a hacer eso, traigámoslo a la casa'».
Ese día, grabó un video de Bruce robando un panqueque en la cocina, que se volvió viral. Desde entonces, llevar a Bruce a la casa y grabar los videos se ha convertido en una rutina.
Adoptó a Bruce hace poco más de un año, cuando tenía solo 3 días de nacido; alimentó al ternero con biberón durante 80 días, mientras criaba a otros animales en su granja.
«Tiene una fuerte personalidad. Tiene mucha energía, es súper curioso, lo cual es muy raro [en el ganado]. Así que al final del día, mi decisión de traerlo a la casa fue como, Bruce es amigable, es curioso, le encanta la comida, así que va a ser fácil hacer que funcione».
A pesar de su éxito, algunos usuarios suelen criticar a Elias por la comida que le ofrece a Bruce, incluso fue expulsado de TikTok durante un tiempo. Estas críticas, sin embargo, no le molestan, y dice estar seguro con el cuidado que tiene por su animal. «Viví en una granja lechera durante dos años, así que aprendí bastante sobre el ganado y lo que se puede y no se le puede dar. Obviamente nunca dolería intencionalmente», dijo sobre Bruce, a quien llama un «amigo».
