Luiza Marcato y Máximo García, ambos creadores de contenido para adultos, causaron gran repercusión en las redes sociales al celebrar una boda insólita, donde todos, incluidos los invitados y los padrinos de boda, estaban desnudos. La ceremonia tuvo lugar en mayo de este año, pero la unión duró poco, ya que la pareja decidió separarse dos meses después.
Según Luiza, el principal motivo de la separación fueron los frecuentes cambios de horario. Ambos optaron por realizar una gira fuera de Brasil, lo que dificultó la conciliación de sus compromisos. En las redes sociales, la actriz recibía a menudo preguntas sobre la ausencia de su esposo y el hecho de que no viajaran juntos.
«Me molesta. La relación se ha enfriado. Desde la boda, prácticamente no hemos pasado tiempo juntos, solo por video y llamada. No quiero una relación así. En este momento, su prioridad es el trabajo. Decidimos enfocarnos en los negocios y no en el amor ahora», dijo la modelo.
Luiza
enfatizó que, a pesar de tener una relación abierta en el ámbito profesional, esto nunca ha comprometido la complicidad y el respeto mutuo como pareja. Para ella, las interacciones físicas solo estaban permitidas frente a las cámaras, nunca en su vida personal.
«La distancia naturalmente enfría las cosas, lo que puede dejar espacio para otras interacciones y compromisos. Antes de que las cosas terminen mal, prefiero separarme y vivir en mi espacio. Nuestra relación continúa en el trabajo, pero no como una pareja real. Fue mi decisión», dijo.
La boda tuvo lugar a finales de mayo en la mansión de Máximo, en la Zona Oeste de São Paulo, con derecho a intercambio de anillos, votos, cena e interacciones íntimas permitidas. Aunque recibieron críticas en internet, la pareja aseguró que no se dejaron intimidar y que nunca tuvieron la intención de faltarle el respeto a la ceremonia ni provocar a los más religiosos. La elección de un evento nudista estaba en línea con el universo pornográfico en el que viven.
La boda civil tuvo lugar en el Registro Civil de Perdizes, también en la Zona Oeste de São Paulo, a principios de mes. Al evento asistió un pastor, pero no un juez de paz. Los dos intercambiaron votos y anillos, y la única regla para los invitados era estar desnudos para asistir a la ceremonia.
