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Comprender cómo el estrés y la salud mental pueden afectar nuestro intestino

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Doctor explica qué es la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII)FreePik

El diagnóstico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) ha mostrado un aumento significativo en los últimos años. Se estima que entre 6 y 8 millones de personas en todo el mundo viven con esta condición. Las dos formas principales de EII son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. En la colitis ulcerosa, la inflamación comienza en el recto y se extiende continuamente por todo el colon, concentrándose en la región. La enfermedad de Crohn, por otro lado, puede afectar cualquier parte del tracto digestivo, desde la boca hasta el ano, incluido el intestino delgado, el intestino grueso y otras áreas.

Mantener un intestino sano puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar estas enfermedades. De acuerdo con Víctor Chedid, gastroenterólogo y especialista en EII de Mayo Clinic, es fundamental entender las características de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal y mantener hábitos que ayuden a la salud intestinal como forma de prevención. 

A continuación, conozca algunos datos sobre la enfermedad:

El estrés y la salud mental tienen un impacto significativo en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal

El eje intestino-cerebro es uno de los más importantes para el cuerpo humano y por lo tanto existe una relación directa entre lo que sucede en el tracto digestivo y nuestras emociones. Es fundamental, en el caso de la EII, controlar el estrés, ya que ya hay evidencias de que unos niveles elevados pueden agravar la inflamación intestinal, intensificando los síntomas de la enfermedad.

También es recomendable hacer un seguimiento con psicólogos y terapeutas para trabajar en técnicas conductuales y de respiración que ayuden a los pacientes a lidiar mejor con los síntomas.

La enfermedad inflamatoria intestinal puede confundirse con otras enfermedades

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una afección crónica que afecta al tracto digestivo, caracterizada por una inflamación persistente. Esta inflamación puede ser desencadenada por predisposición genética o exposiciones ambientales que activan las células inflamatorias que atacan el intestino.

Los pacientes con EII experimentan una variedad de síntomas, que incluyen diarrea y dolor abdominal, lo que puede llevar a un diagnóstico erróneo del síndrome del intestino irritable (SII). Sin embargo, estas condiciones son diferentes. Mientras que la EII se caracteriza por una inflamación crónica del tracto digestivo, el SII, más común en los jóvenes, no implica inflamación.

Síntomas como sangre en las heces, fiebre y manifestaciones extraintestinales, como inflamación ocular, artritis, inflamación de la columna vertebral y erupciones cutáneas, no están presentes en el síndrome del intestino irritable. Además, la enfermedad de Crohn, un tipo de EII, puede confundirse con la apendicitis, debido al dolor intenso en la parte final del intestino delgado, cerca del apéndice, a menudo acompañado de fiebre. Debido a la similitud de los síntomas, siempre es necesario realizar una colonoscopia para un diagnóstico preciso.

El ejercicio físico y una dieta equilibrada son fundamentales para la prevención de enfermedades intestinales 

Aunque no existe una dieta específica que prevenga la EII, mantener una dieta equilibrada es crucial para preservar la salud intestinal y prevenir enfermedades inflamatorias. Esto incluye consumir entre 30 y 40 gramos de fibra por día, así como antioxidantes, que se encuentran en verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, nueces, semillas y aceite de oliva. También es importante evitar los alimentos ultraprocesados, que son perjudiciales para el organismo.

Una ingesta adecuada de agua, unos 2 litros al día, también es fundamental para evitar el estreñimiento y garantizar el correcto funcionamiento de los órganos. La hidratación es aún más crucial en climas cálidos, donde la deshidratación puede ser un mayor riesgo. Además de la alimentación, el ejercicio físico regular tiene un impacto positivo en la salud intestinal. El ejercicio estimula el sistema circulatorio, aumenta los movimientos intestinales y ayuda a mantener bajos los niveles de inflamación. Aunque la actividad física no elimina por completo el riesgo de enfermedad, contribuye significativamente a la prevención y al mantenimiento del bienestar general.

La

EII puede estar relacionada con enfermedades autoinmunes

Las enfermedades autoinmunes a menudo se asocian con el desarrollo de enfermedades inflamatorias intestinales (EII). Los pacientes con EII a menudo tienen una predisposición genética a la inflamación y también pueden tener diagnósticos de enfermedades autoinmunes, como lupus, psoriasis o artritis reumatoide.

En la actualidad, algunas investigaciones preliminares sugieren que enfermedades como la artritis reumatoide y el lupus pueden tener su origen en cambios en la microbiota intestinal, al igual que la EII. Aunque esta investigación es reciente, en el futuro se cree que los tratamientos para las enfermedades autoinmunes pueden implicar la modulación de la microbiota y el control de estas inflamaciones.

No existe cura para la enfermedad inflamatoria intestinal, pero es posible controlarla

Aunque la EII no tiene cura, existen varios tratamientos que ayudan a los pacientes a lograr la remisión. Es importante identificar la forma específica y el grado de la enfermedad. Los tratamientos incluyen medicamentos antiinflamatorios, inmunosupresores, productos biológicos, antibióticos y cirugía. Es esencial un enfoque multidisciplinar, que involucre a gastroenterólogos, farmacéuticos, nutricionistas y psicólogos.

«Prestar atención a todos estos factores es esencial para mantener la salud intestinal», explica Chedid. El médico también señala que las familias pueden desempeñar un papel crucial para ayudar a los pacientes a hacer frente a la EII, ya que síntomas como la diarrea pueden afectar a su autoestima y bienestar. 

«Eso significa estar ahí para cuando lo necesiten, reconociendo que no siempre serán ellos mismos en todo momento», dice. «Habrá momentos en los que se sientan deprimidos, tengan dolor o no coman lo que has cocinado. No te ofendas. Solo tienes que estar ahí para ellos». 

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